sábado, 18 de enero de 2014

En el principio estaba la palabra

 

El hombre se ha defendido a sí mismo siempre, de otros, de la naturaleza. Él ha violado la naturaleza constantemente. El resultado es una civilización construida en la fuerza, poder, miedo, dependencia. Todo nuestro "progreso técnico" nos ha proporcionado un confort, un standar. Y de instrumentos de violencia para mantener el poder. ¡Somos como salvajes! Usamos el microscopio como un garrote. No, eso está mal. Los salvajes son más espirituales que nosotros. Tan pronto como logramos un avance científico lo ponemos al servicio del mal. Y con respecto al standard, algún sabio dijo una vez «que pecado es aquello que es innecesario». Si ese es el caso, toda nuestra civiliación está construida en el pecado, de principio a fin. Hemos adquirido una horrible desarmonía; un desequilibrio, por así llamarlo, entre nuestro desarrollo material y espiritual. Nuestra cultura es defectuosa. Es decir, nuestra civilización. ¡Básicamente defectuosa, mi niño! A lo mejor tú crees que deberíamos estudiar el problema y buscar una solución juntos. A lo mejor podríamos, si no fuera tan tarde. Demasiado tarde. Dios, que cansado estoy de esta conversación. ¡Palabras, palabras, palabras! Por lo menos sé a que se refiere Hamlet. Estaba harto de charlatanes, y yo también. ¡¿Por qué hablo de está manera!? Si sólo pudiera dejar de hablar y, en cambio, hacer algo, o por lo menos intentarlo.


Sacrificio
, Andrei Tarkovsky.
http://www.youtube.com/watch?v=EtnE-iUjMb8

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