jueves, 9 de febrero de 2012

El día después de acabar los exámenes


Despierto otra vez al lado del sol,
recibo su luz, me siento mejor. 
Lo abrazo, su calor no quema mi piel, 
no quiero tener que marcharme de su lado. 
Se para el reloj y mi corazón.
 ¿Qué más quiero? No necesito más. 
El mundo no existe estando aquí. 
La niebla desapareció para mí.
Mi mente vive días llenos de luz
en los que predomina siempre el azul del cielo y de su mirar. 
No quiero escapar. 
¿Qué más quiero? No necesito más. 
¡Ilumíname! ¡Abrásame! 
De vez en cuando las nubes se interponen entre el sol y yo
hundiendo mi cabeza, cegándome entre sombras, 
creyendo que para siempre.
Los escalofríos recorren mi espalda, 
llenando mi cabeza de rabia, 
haciendo que lo pague injustamente con aquellos que em rodean; 
es entonces cuando por fin paro y caigo en una cosa, 
y es que está en mis manos el poder apartar todas esas nubes de un plumazo
y volver a ver el sol, brillando con todo su esplendor, 
con un asonrisa dibujada en la cara, 
con los brazos abiertos de par en par esperándome, esperándole.
Y aquí sigo yo, helado sin su presencia, 
esforzándome cada día un poco más para que brille, 
para que el sol salga cada día, 
una y otra vez, para que el sol siempre me ilumine,
 una y otra vez...


Audio: Cordura - Una y otra vez
http://www.youtube.com/watch?v=g2hTFOdJU5g