sábado, 9 de noviembre de 2013

LA LEVEDAD, EL PESO Y LA RESPONSABILIDAD. Parte 5.


Formar parte de las alturas, adquirir un cierto grado de visión de la realidad, de levedad del alma. Todo eso es lo relativamente fácil, porque, al fin y al cabo está al alcance. Mirar desde arriba como el mundo se va por el sumidero siguiendo una espiral de dolor. Sentirnos acomodados en nuestra seguridad intelectual, en nuestra veracidad existencial. Siendo el que observa y condena, el que dice "míralos que estúpidos son, aun no entienden al hombre y a la vida". Compadecer es una manera de derrotarse a sí mismo, de caer en el peligroso vórtice del nihilismo, desterrando la empatía con el mundo. Sin ataduras con el dolor de lo absurdo, quedamos exentos de responsabilidades.

Pero lo complicado viene luego. Desde esa posición acomodada y casi intocable, desde esa altura y levedad del ser; volver a descender. Volver a la tierra, reconocer nuevamente la gravedad del mundo y el peso del dolor de los hombres. Hacer nuestro ese dolor y ese sufrimiento, incorporarlo a nuestro yo. Destruir la ligereza de nuestra alma por un insoportable dolor que nos apalasta. ¿Y por qué? ¿Por qué volver abajo una vez que nos hemos limpiado, una vez que hemos salido de aquel océano de dolor y sufrimiento? Porque podemos verlo, y por eso también tenemos el deber de soportarlo.
Esa es la responsabilidad del peso. Y quien la acepta, destierra de sí la felicidad como meta y, en gran parte, como aliada.



Audio: A Perfect Circle - Peace Love and Understanding (Nick Lowe cover)
http://www.youtube.com/watch?v=letgLZLmLV8

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